SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, ocd
Patrona de las Misiones
1 DE OCTUBRE

Santa Teresa del
Niño Jesús nació en la ciudad francesa de Alençon, el 2 de enero de 1873, sus
padres ejemplares eran Luis Martin y Acelia María Guerin, ambos venerables.
Murió en 1897, y en 1925 el Papa Pío XI la canonizó, y la proclamaría después
patrona universal de las misiones. La llamó «la estrella de mi pontificado», y
definió como «un huracán de gloria» el movimiento universal de afecto y
devoción que acompañó a esta joven carmelita. Proclamada "Doctora de la
Iglesia" por el Papa Juan Pablo II el 19 de Octubre de 1997 (Día de las
misiones)«Siempre he deseado, afirmó en su autobiografía Teresa de Lisieux, ser
una santa, pero, por desgracia, siempre he constatado, cuando me he parangonado
a los santos, que entre ellos y yo hay la misma diferencia que hay entre una
montaña, cuya cima se pierde en el cielo, y el grano de arena pisoteado por los
pies de los que pasan. En vez de desanimarme, me he dicho: el buen Dios no
puede inspirar deseos irrealizables, por eso puedo, a pesar de mi pequeñez,
aspirar a la santidad; llegar a ser más grande me es imposible, he de
soportarme tal y como soy, con todas mis imperfecciones; sin embargo, quiero
buscar el medio de ir al Cielo por un camino bien derecho, muy breve, un
pequeño camino completamente nuevo. Quisiera yo también encontrar un ascensor
para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la dura
escalera de la perfección».

SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS
2 DE OCTUBRE
En
la Biblia la palabra Ángel significa "Mensajero", un espíritu
purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar
sus mensajes a los seres humanos.
En el siglo II el gran sabio Orígenes señalaba
que "los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para
que nos guíe y proteja".
En
el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel
custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la
puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al
principio, que no es Pedro en persona y exclaman: "Será su ángel"
(Hechos 12, 15).
En
el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda y
desde el año 1111 existe una oración muy famosa al Ángel de la Guarda. Dice
así: "Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi
guardián, custódiame en este día (o en esta noche) ilumina mi entendimiento,
dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor.
Amen.
Y
en el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia universal la fiesta
de los Ángeles Custodios y la colocó el día 2 de octubre.
SAN FRANCISCO DE BORJAS
3 DE OCTUBRE
La familia
Borja, era una de las más célebres del reino de Aragón, España. Alcanzó fama
mundial cuando Alfonso Borja fue elegido Papa con el nombre de Calixto III. A
fines del mismo siglo, hubo otro Papa Borja, Alejandro VI, quien tenía cuatro
hijos cuando fue elevado al Pontificado. Para dotar a su hijo Pedro, compró el
ducado de Gandía, (en Valencia, España). Pedro, a su vez lo legó a su hijo
Juan, quien fue asesinado poco después de su matrimonio. Su hijo, el tercer
duque de Gandía, se casó con la hija natural de un hijo de Fernando V de
Aragón. De este matrimonio nació el 28 de octubre de1510 Francisco de Borja y
Aragón, nuestro santo, quien era nieto de un Papa (Alejandro VI) y de un rey
(Fernando) y además, primo del emperador Carlos V.
Una vez que hubo
terminado sus estudios, a los dieciocho años, Francisco ingresó en la corte de
este último. Por entonces, ocurrió un incidente cuya importancia no había de
verse sino más tarde. En Alcalá de Henares, Francisco quedó muy impresionado a
la vista de un hombre a quien se conducía a la prisión de la Inquisición: ese hombre
era Ignacio de Loyola.
SANTA FAUSTINA KOWALSKA
5 DE OCTUBRE
Santa
Faustina nació en la aldea de Glogoviec, en Swinice Varckie, Polonia, el 25 de
agosto de 1905. Fue bautizada dos días después con el nombre de Elena Kowalska,
en la Iglesia de San Casimiro. Sus padres tuvieron 8 hijos (Elena es la
tercera), a quienes criaron con mucha disciplina, siendo gran ejemplo de vida
espiritual. A muy temprana edad, Elena fue llamada a hablar con el cielo. Una
indicación de este hecho fue un sueño que ella tuvo a la edad de 5 años. Su
madre recuerda que en esa época Elena dijo a su familia. “Yo estuve caminando
de la mano de la Madre de Dios en un jardín precioso”. Muchas veces, aún antes
de los siete años, la niña se despertaba durante la noche y se sentaba en la
cama. Su mamá veía que estaba rezando, y le decía que regresara a dormir o
terminaría perdiendo la cabeza. “Oh, no madre”, Elena le contestaba, “mi ángel
guardián me debe haber despertado para rezar.”
Elena
tenía aproximadamente 9 años cuando se preparó para recibir los sacramentos de
la Confesión y la Comunión en la Iglesia de San Casimiro. Su madre recuerda que
antes de dejar la casa en el día de su Primera Comunión, Elena besó las manos
de sus padres para demostrar su pena por haberles ofendido. Desde aquél
entonces, se confesaba todas las semanas; cada vez rogaba a sus padres perdón,
besándoles las manos, siguiendo una costumbre Polaca. Esto lo hacía a pesar de
que sus hermanos y hermanas no le imitaban.
SAN BRUNO
6 DE OCTUBRE
El sabio y
devoto cardenal Bona, hablando de los monjes Cartujos, cuya orden fue fundada
por San Bruno, y cuyo instituto religioso está por encima de todos los demás,
los llama "el gran milagro del mundo: viven en el mundo como si estuviesen
fuera de él; son ángeles en la tierra, como Juan Bautista en el desierto".
San Bruno fue
profesor de filosofía y teología en la escuela de Reims, donde mantuvo durante
18 años, un alto nivel en los estudios. Después fue nombrado canciller en la
diócesis por el arzobispo Manasés, quien era un personaje indigno de llevar ese
alto cargo.
La Iglesia
considera la vida de los Cartujos como el modelo perfecto del estado de
contemplación y penitencia. Sin embargo, cuando se estableció en Chartreuse, no
tenía la menor intención de fundar una orden religiosa. Si sus monjes se
extendieron, seis años más tarde por el Delfinado, ello se debió, después de la
voluntad de Dios, a una invitación que se les formuló. El conde Rogelio,
hermano de Roberto Guiscardo, regaló al santo el fértil valle de La Torre, en
la diócesis de Squillace. Ahí se estableció San Bruno con algunos discípulos.
El santo expiró
el domingo 6 de octubre de 1101. Luego, los monjes de La Torre enviaron un
relato de su muerte a las principales iglesias y monasterios de Italia,
Francia, Alemania, Inglaterra e Irlanda, pues era entonces costumbre pedir
oraciones por las almas de los que habían fallecido. Ese documento junto con
los "elogia" escritos por los 178 que recibieron el relato de su
muerte, es uno de los más completos y valiosos que existen.
San Bruno no ha
sido canonizado formalmente, pues los Cartujos rehuyen todas las
manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del Papa León X el
permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la extendió a toda
la Iglesia de occidente en 1674. El santo es particularmente popular en
Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto
activo y contemplativo de su vida.
NTRA. SRA. DEL ROSARIO
7 DE OCTUBRE
Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario
de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto
(1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La
celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de
Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo
especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del
Hijo de Dios.
Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo
hacen los judíos. Más tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150
salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según
sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la
costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las
Ave Marías. Los misioneros de Irlanda más tarde propagaron la costumbre en
Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.
SAN JUAN XXIII, EL PAPA BUENO
11 DE OCTUBRE
"¡Oh, los santos, los santos del Señor, que por doquier nos alegran,
nos animan y nos bendicen!", decía San Juan XXIII, llamado el "Papa
bueno" y cuya fiesta es el 11 de octubre.
Angelo Giuseppe Roncalli, más conocido como San Juan XXIII, nació en Italia
en 1881. Ingresó desde muy joven al seminario y fue ordenado sacerdote en 1904.
En la Segunda Guerra Mundial, siendo Obispo, salvó a muchos judíos con
ayuda del “visado de tránsito” de la Delegación Apostólica.
En 1953 fue creado Cardenal y a la muerte de Pío XII, es elegido como Sumo
Pontífice en 1958. Poco a poco se ganó el apelativo de “Papa Bueno” por sus
cualidades humanas y cristianas.
El mundo entero pudo ver en él a un pastor humilde, atento, decidido,
valiente, sencillo y activo. Se enrumbó por los caminos del ecumenismo y del diálogo
con todos. Escribió las famosas encíclicas “Pacem in terris” y “Mater et
magistra” y convocó al Concilio Vaticano II.
Es llamado a la Casa del Padre el 3 de junio de 1963, beatificado por San Juan Pablo II en el 2000 y canonizado por
Papa Francisco en abril del 2014.
El milagro para su beatificación se basó en la curación de Sor Caterina
Capitani, una religiosa que tenía una dolencia estomacal muy grave.
Las hermanas de la paciente, que conocían de la gran admiración de Sor
Caterina por Juan XXIII, oraron pidiendo la intercesión del “Papa bueno” y
colocaron una imagen de él en el estómago de la paciente.
Minutos después la religiosa empezó a sentirse bien y pidió comer. Más
adelante, Sor Caterina relataría que vio a Juan XXIII sentado al pie de su cama
y que le dijo que su plegaria había sido escuchada. La ciencia no pudo dar
explicaciones de esta curación.
NTRA. SRA. DEL PILAR
12 DE OCTUBRE
La tradición de la Virgen del Pilar, tal como ha surgido de unos documentos
del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la
época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles
predicaban el Evangelio. Se dice que Santiago el Mayor había desembarcado en la
Península por el puerto de Cartagena, lugar donde fundó la primera diócesis
española, predicando desde entonces por diversos territorios del país. Los
documentos dicen textualmente que Santiago, "llegó con sus nuevos
discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, donde está situada
la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos
días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres,
con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las
riberas para tomar algún descanso".
En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus
discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave
María, Gratia Plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un
pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le
pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno
al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta
el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas
por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi
patrocinio". Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol
Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar
una iglesia en aquel sitio y, antes de que estuviese terminada la Iglesia,
Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma,
la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a
Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.
La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre
los españoles y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el
establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la
Virgen del Pilar como "una antigua y piadosa creencia". En 1438 se
escribió un "Libro de Milagros" atribuidos a la Virgen del Pilar, que
contribuyó al fomento de la devoción hasta el punto de que, el rey Fernando el
Católico dijo: "creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora
que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima,
dedicado a la Santa y Purísima Virgen y Madre de Dios, Santa María del Pilar,
que resplandece con innumerables y continuos milagros".
El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad
particular de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las
iglesias de España y entre los pueblos sujetos al rey católico, se celebraba la
dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su región cuando todavía vivía en
carne mortal.
Tres rasgos peculiares que caracterizan a Ntra. Sra. del Pilar y la
distinguen de otras advocaciones marianas. El primero es que se trata de una
venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. La segunda la
constituye la Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que sobre él se construyera
la primera capilla que, de hecho, sería el primer templo mariano de toda la
Cristiandad. Y la tercera es la vinculación de la tradición pilarista con la
tradición jacobea (Santiago de Compostela); por ello, Zaragoza y Compostela, el
Pilar y Santiago, han constituido los ejes fundamentales en torno a los cuales
ha girado durante siglos la espiritualidad de España.
La Basílica del Pilar, en Zaragoza, constituye en la actualidad uno de los
santuarios marianos más importantes del mundo y recibe contínuas
peregrinaciones. Ante la Virgen han orado gentes de todas las razas, desde las
más humildes, hasta los reyes y gobernantes más poderosos, e incluso
pontífices. El grandioso templo neoclásico se levanta sobre el lugar de la
aparición, conservándose la Columna de piedra que la Virgen dejó como
testimonio, un Pilar que simboliza la idea de solidez del edificio-iglesia, el
conducto que une el Cielo y la Tierra, a María como puerta de la salvación.
El día 12 de octubre de 1492 fue precisamente cuando las tres carabelas de
Cristóbal Colón avistaban las desconocidas tierras de América, lo que ha
motivado que la Virgen del Pilar haya sido proclamada como patrona de la
Hispanidad, constituyendo el mejor símbolo de unión entre los pueblos del viejo
y nuevo continente. Su fiesta se celebra con gran fasto en todas las naciones
de habla hispana y especialmente en la ciudad de Zaragoza, donde miles de
personas venidas de todo el mundo realizan una multitudinaria ofrenda floral a
la Virgen.
Beato Carlo Acutis, el ‘influencer de Dios’, el ‘apóstol de
internet’.
12 de octubre
¿Quién nos
separará del amor de Cristo? (Rom 8, 35)
Carlo Acutis
nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), ciudad donde trabajaban sus
padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, ambos italianos. Meses después de su
nacimiento, Andrea y Antonia decidieron regresar a Italia y se mudaron con
Carlo a Milán.
Desde muy
pequeño, Carlo evidenció un cariño especial por Dios y una sensibilidad muy
peculiar para aprender y conocer las cosas relativas a la fe -a pesar de que
sus padres no eran particularmente devotos o practicantes en ese entonces-.
Aquel amor por
el Señor no pararía de crecer y se fortalecería aún más en su adolescencia,
cuando a Carlo le diagnosticaron leucemia mieloide aguda (8 de octubre de
2006), una rara enfermedad, con casi nula esperanza de vida. En ese momento,
lejos de desesperar, Carlo manifestó su deseo de ofrecer su sufrimiento “por el
Señor, el Papa y la Iglesia”. Así revelaba su profunda madurez espiritual, a
sus cortos 15 años, mostrando precozmente un corazón dispuesto a tomar la forma
del Corazón de Cristo.
Son abundantes
los testimonios sobre la alegría de Carlo, su fortaleza, su preocupación por el
bien de los que le rodeaban, su sensibilidad y empatía para con sus compañeros
del colegio -especialmente si eran maltratados-; o, con los pobres, a quienes
asistió en numerosas ocasiones junto a sus amigos.
A todos les
llamaba la atención la naturalidad con la que el joven se acercaba a los enfermos,
a los necesitados o a quien estuviese sufriendo, como asegurándose de que Dios
estuviera en sus vidas, y que sea su amor el que los alivie -material o
espiritualmente-.
Dios presente en la Internet
A Carlo Acutis
lo han llamado “ciberapóstol de la Eucaristía”, “apóstol de los millennials” y,
más recientemente, “apóstol de la Internet”; y es que hay razones suficientes
para todos esos “títulos”: Carlo fue un promotor y divulgador, por iniciativa
propia, de los milagros eucarísticos en el ciberespacio. Una de las cosas más
interesantes que hizo fue diseñar un sitio web con ese fin.
Allí escribió:
“Mientras más frecuente sea nuestra recepción de la Eucaristía, más seremos
como Jesús. Y en esta tierra podremos pregustar el Cielo”.
Es claro que sus
palabras revelan la sana comprensión que tenía de las nuevas tecnologías y su
utilidad en la evangelización. Se dice también que gustaba de los videojuegos y
que incluso tuvo una consola PlayStation 2, la que por decisión propia solo
usaba los domingos durante una hora.
‘Autopista al
Cielo’
Sabemos que todo
santo es hijo de su tiempo, poseedor de una impronta particular, pero capaz de
cuestionar las condiciones propias del momento en el que vive. Cualquier cosa
que pueda decirse de Carlo Acutis solo puede entenderse bajo esos criterios.
Vivió como un chico común de finales del siglo XX -paseaba, jugaba, estudiaba,
ayudaba en casa, se divertía con amigos y familiares, gustaba de las aventuras,
el deporte, el cine, la música-; sin embargo no se limitó a eso: Carlo escogió
antes que nada la ruta hacia lo eterno, ‘la parte mejor’, sin dejarse llevar
por la corriente en contra, tan fuerte en su tiempo como lo es hoy.
¿Cómo fue eso
posible? El joven beato mantuvo siempre un trato frecuente con la Eucaristía
-en la oración frente al Santísimo Sacramento y en la comunión frecuente- y una
hermosa relación con la Virgen María. Carlo iba a misa varias veces por semana
y gozaba al rezar el Rosario todos los días. Así es como se convirtió, con
esfuerzo, en un joven forjado en la oración, un chico que no se perdió en el
“bullicio” del mundo o sus veleidades. Constantemente decía: “La Eucaristía es
mi autopista al Cielo”.
El ‘influencer de Dios’ camino a los
altares
Carlo murió el
12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar, solo unos cuantos días
después de que se le diagnosticara su enfermedad. Fue sepultado en Asís, por
expreso pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco.
Su causa de
beatificación se abrió en 2013 y fue declarado “Venerable” en 2018 y desde
el 10 de octubre de 2020, se cuenta
entre los beatos de la Iglesia.
El milagro que
hizo posible su beatificación sucedió en Brasil (12 de octubre de 2013 en Campo
Grande, Brasil). Gracias a su intercesión, un niño de siete años resultó curado
de una grave y extraña enfermedad: un trastorno pancreático considerado
irreversible.
Los milagros
El pequeño
curado se llama Matheus. Este padecía una malformación congénita conocida como
páncreas anular, condición que impide la correcta ingesta y digestión de los
alimentos, entorpece la nutrición y atrofia el crecimiento de la persona,
causándole además numerosos malestares. La madre de Matheus tuvo noticia de
Carlo Acutis a través de un sacerdote amigo y se dedicó a pedir su intercesión
por la curación de su hijo. El milagro tuvo lugar después de que Matheus
venerara una de las reliquias del nuevo beato.
El pasado 23 de
mayo de 2024, el Papa Francisco ha aprobado el milagro atribuido a la
intercesión del Beato Carlo Acutis que haría posible su canonización. Este
ocurrió en Florencia (Italia) a una joven estudiante costarricense que sufrió
un accidente de bicicleta que la dejó al borde de la muerte. Ella se recuperó
completamente después de que los médicos la habían desahuciado.
¡Carlo Acutis,
te pedimos por los jóvenes de hoy, para que descubran a Jesús!
BEATA ALEJANDRINA DA COSTA,
QUIEN VIVIÓ LA PASIÓN DE CRISTO
13 DE OCTUBRE
“¿Quieres
encontrarme, hija mía? Búscame en tu corazón y en tu alma, ahí hábito tu
corazón como en mi tabernáculo. ¡Si supieras cuánto me consuelas y cuánto
socorres a los pecadores con sólo decirme que eres mi víctima”, le dijo una vez
Jesús a la Beata Alejandrina Da Costa, quien vivió en éxtasis la pasión de
Cristo.
Alejandrina
nació en 1904 en Balazar (Portugal). Por preservar su virginidad, a los 14 años
se arrojó de la ventana del segundo piso de su casa, ante la amenaza de unos
malintencionados que se metieron a la fuerza para abusar de ella, su hermana y
una amiga.
El
golpe le causó después una parálisis total que la obligó a estar en cama por el
resto de su vida. Más adelante se ofreció a Cristo como víctima por la
conversión de los pecadores, por amor a la Eucaristía y por la consagración del
mundo al inmaculado Corazón de María, mensajes fundamentales de Fátima.
Los
últimos 13 años de su vida no probó alimento, ni bebida y tan sólo se mantuvo
de la Comunión. Entregada a la vida de oración y ayuno, en 180 ocasiones
experimentó místicamente la pasión de Cristo con mucho sufrimiento.
Miles
acudían a su lecho para recibir de ella palabras de consuelo y se hizo
Cooperadora Salesiana.
El
13 de octubre de 1955, aniversario del “milagro del sol” que se produjo en
Fátima 38 años antes, partió a la Casa del Padre. Antes de morir dijo: “No
pequen más. Los placeres de esta vida valen nada. Reciban la Comunión; recen el
rosario todos los días. Esto, lo resume todo”.
A
pedido de la Beata, quedó escrito en el epitafio de su tumba la siguiente
inscripción: “Pecadores: Si las cenizas de mi cuerpo pueden ser útiles para
salvarte, acércate. Si es necesario pisotéalas hasta que desaparezcan, pero no
peques nunca más. No ofendas más a nuestro amado Señor. Conviértete. No pierdas
a Jesús por toda la Eternidad. ¡Él es tan bueno!”.
San
Juan Pablo II la beatificó en el 2004 y en aquella ocasión señaló que “en el
ejemplo de la beata Alejandrina, expresado en la trilogía ‘sufrir, amar y
reparar’, los cristianos pueden encontrar estímulo y motivación para ennoblecer
todo lo que la vida tiene de doloroso y triste con la mayor prueba de amor:
sacrificar la vida por quien se ama”.
SAN CALIXTO.
PAPA Y MARTIR
EL PAPA DE LAS CATACUMBAS
14 DE OCTUBRE
San
Calixto es famoso por la Catacumbas romanas que llevan su nombre y que él
organizó. Allí están enterrados muchos mártires de los primeros siglos. La
fiesta de este gran Papa se celebra cada 14 de octubre.
Se
dice que San Calixto era esclavo en las minas y que al recuperar su libertad,
se entregó por completo a la fe y a compartirla con sus vecinos.
San
Ceferino lo convirtió en su hombre de confianza y le encargó la dirección de
las catacumbas, que tienen 4 pisos sobrepuestos y más de 20 kilómetros de
corredores.
A
la muerte del Papa Ceferino en el 217, fue elegido por el pueblo de Roma como
Sumo Pontífice y tuvo que sufrir con paciencia la oposición de un tal Hipólito,
que rechazaba el que un pecador pudiera volver a la Iglesia si hacía
penitencias y dejaba sus maldades.
Cuando
cayó preso por las persecuciones, fue llevado a un calabozo oscuro sin comida.
Tiempo después, lo encontraron tranquilo y le preguntaron cómo lograba el no
desesperarse. Entonces él les contesto: "Acostumbré a mi cuerpo a pasar
días y semanas sin comer ni beber, y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así
que ya soy capaz de resistir sin desesperarme".
El
jefe romano mandó que lo echaran a un profundo pozo y que la boca del hoyo
fuera cubierta con tierra y escombros. Más adelante, allí se alzó la Iglesia de
Santa María en Trastevere.
SANTA TERESA DE ÁVILA
15 DE OCTUBRE
Teresa
nació en Ávila el 28 de marzo de 1515. A los dieciocho años, entra en el
Carmelo. A los cuarenta y cinco años, para responder a las gracias
extraordinarias del Señor, emprende una nueva vida cuya divisa será: «O sufrir
o morir». Es entonces cuando funda el convento de San José de Ávila, primero de
los quince Carmelos que establecerá en España. Con San Juan de la Cruz,
introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los
caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba de Tormes, al
anochecer del 4 de octubre de 1582. Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia
el 27 de septiembre de 1970.
Se
cree que la palabra "Teresa" viene de la palabra griega
"teriso" que se traduce por "cultivar"; cultivadora. O de
la palabra "terao" que significa "cazar", "la
cazadora". Como bien dice el Padre Sálesman en su biografía, ambos títulos
le quedan bien a Santa Teresa, por ser ella "Cultivadora" de las
virtudes y "cazadora" de almas para llevarlas al cielo.
SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE
16 DE OCTUBRE
“Cuando
uno ama, todo habla de amor, hasta nuestros trabajos que requieren nuestra
total atención pueden ser un testimonio de nuestro amor”, decía Santa Margarita
de Alacoque, a quien se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús.
Santa
Margarita María nació en Francia en 1647. A los cuatro años consagró a Dios su
pureza e hizo voto de perpetua castidad. Cuando tenía ocho años murió su padre,
ingresó en la escuela de las Clarisas pobres, donde se sintió atraída por la
vida de las religiosas, y recibió la comunión a los nueve años, algo poco común
para la época.
Dos
años después contrajo una dolorosa enfermedad reumática que la obligó a guardar
cama hasta los 15 años y por ello tuvo que regresar a su casa. Buscó alivio en
la Virgen María, a quien le prometió que si le devolvía la salud, se haría una
de sus hijas y de esta manera recobró la salud.
La
joven, en cambio, se dejó llevar por la vanidad y las diversiones, pero la
Virgen se le apareció en diversos momentos para reprenderla y animarla en su
camino de santidad.
En
casa, Margarita y su madre eran agresivamente controladas por unos familiares
que se habían apoderado de sus bienes. Además, la mamá tenía una herida
dolorosa en el rostro que la joven curaba todos los días. Ante todo esto, ella
siempre buscó consuelo en el Señor.
Poco
a poco fue tentada a casarse y Margarita empezó a arreglarse, considerando que
lo de su voto tal vez podía obtener dispensa porque lo hizo siendo niña. Es así
que en una ocasión Jesús le dijo que Él la había motivado a hacer el voto de
castidad y que después la había puesto al cuidado de su Santísima Madre.
Pero
Margarita recién comprendería que estaba perdiendo un tiempo precioso, del cual
se le pediría una cuenta rigurosa a la hora de la muerte, cuando el Señor se le
apareció desfigurado, flagelado, y le dijo: “¿Y bien querrás gozar de este
placer? - Yo no gocé jamás de ninguno, y me entregué a todo género de amarguras
por tu amor y por ganar tu corazón- ¿Querrás ahora disputármelo?”
Más
adelante, después de convencer a sus parientes, ingresó al Convento de la
Visitación. Margarita allí se desenvolvió de manera humilde, obediente y
sincera ante los sacrificios de la vida en comunidad y profesó el 6 de
noviembre de 1672.
Con
el tiempo recibió revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús y sufrió todos los
primeros viernes de mes una reproducción de la misteriosa llaga del costado.
Por
sus visiones y enfermedades, en el convento empezó a recibir incomprensiones y
rechazos, tuvo que pasar por interrogatorios difíciles ante teólogos y se llegó
a decir que sus experiencias místicas podían ser obra del demonio. Todo esto se
detuvo cuando se conoció con el sacerdote jesuita San Claudio de la Colombiere,
quien pudo ver en ella su santidad y habló con la madre superiora.
Por
obediencia escribió lo que Dios le había revelado y contó los mensajes divinos
a su comunidad. Al principio fue humillada, pero después recibió el aprecio de
sus hermanas.
Santa
Margarita, lamentablemente, no vería cumplirse en la Iglesia la institución del día del Sagrado Corazón de
Jesús,
tal como se lo había pedido Jesucristo. El 17 de octubre
de 1690, habiendo previamente indicado esta fecha como el día de su muerte,
partió a la Casa del Padre con 43 años de edad y 18 de profesión religiosa.
Entre
los monasterios de las Visitandinas se empezó a propagar la devoción al Corazón
de Jesús y en 1765 Clemente XIII introdujo la Fiesta del Sagrado Corazón en
Roma. Para 1856 el Beato Pío IX la extendió a toda la Iglesia y finalmente, en
1920, Margarita fue proclamada Santa por Benedicto XV.

SANTA EDUVIGES,
MADRE DE FAMILIA Y
FUNDADORA DE MONASTERIOS
16 DE OCTUBRE
El 16 de octubre
la Iglesia celebra a Santa Eduviges, una madre de familia que junto a su esposo
fundó monasterios y a la muerte de él, tomó los hábitos y siguió sirviendo a
los pobres y enfermos.
Eduviges nació
en Baviera (Alemania) en 1174. A los doces años se casó con el duque Enrique de
Silesia de 18 años, quien heredó el ducado de su padre. Tuvieron siete hijos.
Ella y su esposo
fundaron muchos monasterios. Él inició el Hospital de la Santa Cruz en Breslau
y ella, un hospital para leprosas en Neumarkt, donde atendía personalmente a
las que padecían de esta enfermedad.
La Santa
acostumbraba ir a la Iglesia sin zapatos en medio de la nieve, pero llevaba el
calzado en la mano para ponérselos de inmediato por si se encontraba con
alguien.
Cuando murió su
esposo, las religiosas lloraron mucho y ella las reconfortó diciendo: “¿Por qué
os quejáis de la voluntad de Dios? Nuestras vidas están en sus manos, y todo lo
que Él hace está bien hecho, lo mismo si se trata de nuestra propia muerte que
de la muerte de los seres amados”.
Santa Eduviges
tomó el hábito religioso de Trebnitz, pero sin hacer votos para continuar
administrando sus bienes en favor de los más necesitados.
Dios le concedió
el don de la profecía y de los milagros. Amó mucho a María Santísima y por ello
llevaba siempre una pequeña imagen de la Virgen que le cabía en el puño.
Al morir, fue
imposible quitársela de la mano y años después, cuando trasladaron su cuerpo,
la encontraron con la imagen empuñada, y los dedos con los que la tenía,
incorruptos.
SAN IGNACIO DE
ANTIOQUIA
17 DE OCTUBRE
Nace
entre años 30 al 35 AD, muere C 107AD. San Ignacio de Antioquía fue discípulo
directo de San Pablo y San Juan. Segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la
Iglesia de Antioquía; El primero en llamar a la Iglesia "Católica".
Sus escritos demuestran que la doctrina de la Iglesia Católica viene de
Jesucristo por medio de los Apóstoles. Esta doctrina incluye: La Eucaristía; La
jerarquía y la obediencia a los obispos; La presidencia de la iglesia de Roma;
La virginidad de María y el don de la virginidad; El privilegio que es morir
mártir de Cristo.
Condenado
a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona
de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano. En su
viaje a Roma, escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias, en las que
trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la
vida cristiana.
SAN LUCAS, EVANGELISTA
18 DE OCTUBRE
Lucas
significa: "luminoso, iluminado" (viene del latín "luce" =
luz).
San
Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los
apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso
en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.
Era
médico. San Pablo lo llama "Lucas, el médico muy amado", y
probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol.
Era
compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los
grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo "fuimos a...
navegamos a..." Y va narrando con todo detalle los sucesos tan
impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas
acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea
y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no
es israelita. Era griego.
El
poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: "el que describe la
amabilidad de Cristo". Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le
dijo: "Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito
acerca de Jesucristo", le respondió: "El mejor libro que se ha
escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas". Un
autor llamó a este escrito: "El libro más encantador del mundo".
Como
era médico era muy comprensivo. Dicen que un teórico de oficina, ve a las
gentes mejor de lo que son. Un sociólogo las ve peor de lo que son en realidad.
Pero el médico ve a cada uno tal cual es. San Lucas veía a las personas tal
cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.
En
su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que
allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y
verdadera comprensión.
Su
evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones
escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado "el evangelio de
los pobres", porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños,
a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que
corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También
se ha llamado: "el evangelio de la oración", porque presenta a Jesús
orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en
la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.
Otro
nombre que le han dado a su escrito es el "evangelio de los pecadores",
porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido
víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de
Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida.
Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San
Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.
Su
evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han
inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables
escenas.
Dicen
que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en
hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.
SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, FRANCISCANO
19 DE OCTUBRE
Famoso
por sus terribles penitencias, nació en 1499 en la comunidad española de
Alcántara. Su padre era gobernador de la región y su madre era de muy buena
familia. Ambos se distinguían por su gran piedad y su excelente comportamiento.
Estando estudiando en la universidad de Salamanca, el santo se entusiasmó por
la vida de los franciscanos debido a que los consideraba personas muy
desprendidas de lo material y muy dedicadas a la vida espiritual. Pidió ser
admitido como franciscano y eligió para irse a vivir al convento donde estaban
los religiosos más observantes y estrictos de esa comunidad.
En
el noviciado lo pusieron de portero, hortelano, barrendero y cocinero. Pero en
este último oficio sufría frecuentes regaños por ser bastante distraído. Llegó
a mortificarse tan ásperamente en el comer y el beber que perdió el sentido del
gusto y así todos los alimentos le sabían igual. Dormía sobre un duro cuero en
el puro suelo. Pasaba horas y horas de rodillas, y si el cansancio le llegaba,
apoyaba la cabeza sobre un clavo en la pared y así dormía unos minutos,
arrodillado. Pasaba noches enteras sin dormir ni un minuto, rezando y
meditando. Por eso ha sido elegido protector de los celadores y guardias
nocturnos. Con el tiempo fue disminuyendo estas terribles mortificaciones
porque vio que le arruinaban su salud. Fue nombrado superior de varios
conventos y siempre era un modelo para todos sus súbditos en cuanto al
cumplimiento exacto de los reglamentos de la comunidad.
Pero
el trabajo en el cual más éxitos obtenía era el de la predicación. Dios le
había dado la gracia de conmover a los oyentes, y muchas veces bastaba su sola
presencia para que muchos empezaran a dejar su vida llena de vicios y
comenzaran una vida virtuosa. Prefería siempre los auditorios de gente pobre,
porque le parecía que eran los que más voluntad tenían de convertirse. Pidió a
sus superiores que lo enviaran al convento más solitario que tuviera la
comunidad. Lo mandaron al convento de Lapa, en terrenos deshabitados, y allá
compuso un hermoso libro acerca de la oración, que fue sumamente estimado por
Santa Teresa y San Francisco de Sales, y ha sido traducido a muchos idiomas.
Deseando
San Pedro de Alcántara que los religiosos fueran más mortificados y se
dedicaran por más tiempo a la oración y la meditación, fundó una nueva rama de
franciscanos, llamados de "estricta observancia". El Sumo Pontífice
aprobó dicha congregación y pronto hubo en muchos sitios, conventos dedicados a
llevar a la santidad a sus religiosos por medio de una vida de gran penitencia.
Los
últimos años de su vida los dedicó a ayudar a Santa Teresa a la fundación de la
comunidad de Hermanas Carmelitas que ella había fundado, logrando muchos éxitos
en la extensión de la comunidad carmelita.
SAN PABLO DE LA CRUZ
Fundador de los Padre y hermana Pasionistas
19 DE OCTUBRE
Pablo Danei Massari nació en Ovada, Italia, el 3 de
enero de 1694; más tarde se trasladó a Castellazzo-Bormida, no lejos de su
pueblo natal. Su madre le enseñó a encontrar en la Pasión de Cristo la fuerza
para superar las pruebas. Le recordaba del crucifijo cada vez que experimentaba
algún sufrimiento. Enamorado de Jesús Crucificado desde su infancia, quiso entregarle
toda su vida.
Su padre le leía las vidas de Santos y esto lo
animaba mucho a ser mejor. Aquel buen hombre le avisaba también acerca de lo
peligroso y dañino que es juntarse con malas compañías. Así lo libró de muchos
males.
A los 15 años, un inspirado sermón cambió su vida.
Su tema era la frase de Jesús: "Si no se convierten y no hacen penitencia,
todos perecerán". Para Pablo fue el momento que él llama
"conversión". Hizo una confesión general y desde aquel día empezó a
una vida de penitencia muy rigurosa. Dormía en el suelo, ayunaba, dedicaba
varias horas de la noche a rezar y a leer libros santos. Luego organizó con
algunos de sus compañeros una asociación de jóvenes para ayudar a los demás con
sus palabras y buenos ejemplos a ser mejores. Varios de esos muchachos se
hicieron religiosos después. Durante una grave enfermedad, la visión del
infierno le horrorizó.
Hacia 1715-1716, deseoso de servir a Cristo, se
alistó en el ejército en Venecia. Quería defender el cristianismo de los turcos
que amenazaban a Europa. Pero, mientras adoraba el Santísimo Sacramento en una
iglesia, comprendió que no era aquella su vocación. Abandonó el camino militar,
sirvió algunos meses en una familia y regresó a casa. Aunque un tío sacerdote
le dejaba una herencia para que se casara, Pablo renunció. Rechazó también unos
negocios muy prometedores que le ofrecían y se quedó por varios años en la casa
de sus padres dedicado a la oración, a la meditación y a practicar la caridad
hacia los pobres.
La Virgen María se le apareció y le dio a conocer el
hábito, el emblema y el estilo de vida de una comunidad religiosa, que giraría
siempre en torno a Jesucristo Crucificado. Pablo presentó estos mensajes al
obispo de Alejandría, Mons. Gattinara y a su director espiritual. Previo el juicio
de confesores prudentes, el obispo le revistió del hábito de la Pasión el 22 de
noviembre de 1720. Se pasó 40 días en una habitación junta a la sacristía de la
iglesia de San Carlos, en Castellazzo para redactar los Reglamentos de la
futura comunidad a quienes llamaba "Los Pobres de Jesús". Vivía todo
este tiempo a pan y agua y durmiendo en un lecho de paja. Sus experiencias y el
estado de su espíritu durante aquella "cuarentena" se han conservado
con el nombre de "Diario Espiritual".
Concluida la experiencia, el obispo le autorizó a
vivir en la ermita de San Esteban de Castellazzo y a realizar apostolado como
laico, ayudando a los sacerdotes a dar clases de catecismo y dando misiones. En
el verano de 1721 viajó a Roma, con el deseo de obtener del Papa una audiencia,
a fin de explicarle las luces recibidas sobre una futura Congregación. Los
oficiales de la residencia Papal no le dejaron entrar por parecerles un
aventurero más.
SANTA ÚRSULA,
PATRONA DE LAS JÓVENES Y COLEGIALAS
21 DE OCTUBRE
El 21 de octubre la Iglesia Católica celebra a Santa
Laura de Santa Catalina de Siena, quien sirvió a Dios en medio de los
indígenas. Madre Laura Montoya Upeguí es la primera santa colombiana y solía
decir “Destrúyeme Señor y sobre mis ruinas, levanta un monumento para tu
Gloria”.
Santa Laura nació en Jericó, Antioquia (Colombia) en 1874
en una familia muy cristiana. Cuando tenía dos años, su padre fue asesinado en
una época dura para el país y su familia quedó en la orfandad y la pobreza.
En medio del dolor aprendió la importancia del perdón. Un
día Laurita le preguntó a su madre quién era esa persona por quien rezaban
siempre y ella le respondió que era por aquel hombre que asesinó a su padre.
Siendo joven estudió para ser maestra y así ayudar en el
hogar, pero no faltaron las incomprensiones e incluso calumnias que mancharon
su fama. Es así que golpeada por los problemas, Laura encuentra refugio en la
oración y pudo continuar su tarea pedagógica, convirtiéndose en una líder de su
tiempo.
Madre Laura, siempre tuvo la inquietud de evangelizar a
los indígenas. Al buscar apoyo para esa causa, decidió viajar a Roma y hablar
con el Papa Pío X. Cuando tenía todo listo para el viaje, se acercó a visitar a
la Inmaculada en la Catedral de Medellín.
Allí, frente a la imagen de la Virgen, oró así: “Mira
Señora, este dinero. Es el fruto de economías de muchos años y va ahora a
gastarse en hoteles y barcos. Y todo porque tú, Señora mía, me dejas sufrir
sola y no me haces el mandado a Roma”.
“Esta misma noche, preséntate, te lo ruego, al Santo
Padre y cuando él ponga la cabeza en la almohada, hazle sentir los gemidos de
los pobres salvajes del mundo y compromételo a hacer algo por ellos". Y
Añadió: “Suspendo el viaje, mientras me traes la respuesta del Papa".
A la salida del templo, le preguntó a un amigo sacerdote
cuánto se demoraría en venir una carta desde Roma y él le contestó que más o
menos mes y medio. Al cabo de ese periodo, el Pontífice publicó la encíclica
“Lacrymabili Statu Indorum" (El lastimoso estado de los indios), y pidió a
los Obispos ayudar a los grupos humanos marginados de la civilización y la
Iglesia.
Junto a sus seguidoras, trabajó en la evangelización de
los indígenas y en 1914 funda la familia religiosa “Misioneras de María
Inmaculada y Santa Catalina de Sena”.
Cuenta Santa Laura que una vez, estando en oración ante
el Santísimo, vio mentalmente que muchas culebras y fieras se pusieron al
frente. Dios les ordenó a los animales que a ella y a sus discípulas no les
hicieran nada y que tampoco recibieran daño. Hasta hoy no se conoce que alguna
religiosa de las “Lauritas” haya sido atacada.
La mayoría de los indios ignoraban sus derechos y se
consideraban inferiores a los animales por lo que Madre Laura los ayuda a
reconocer su condición de racionales y luego como hijos de Dios.
SANTA LAURA MONTOYA,
LA PRIMERA SANTA COLOMBIANA
21 DE OCTUBRE
Después de pasar 9 años en silla de ruedas y de sufrir una larga y penosa
agonía, es llamada a la Casa del Padre en 1949, dejando a su Congregación, en expansión,
con 90 casas en tres países y 467 religiosas.
Uno de los milagros por intercesión de Santa Laura, aprobados por la Santa
Sede, es la curación de un cáncer en estado terminal de doña Herminia Gonzáles
de Álvarez, que vivía en Medellín en 1993.
Los restos de la santa colombiana, descansan en el Santuario de la Luz, en
la ciudad de Medellín, en el que se puede visitar la habitación donde ella pasó
los últimos momentos de su vida y se puede observar sus reliquias como el
primer hábito que usó, sus silicios, un mechón de cabello, entre otros
personales.
Esta sed de hacer conocer a Jesucristo se resume en su famosa frase: “Dos
sedientos, Jesús mío: Tú de almas y yo de saciar tu sed”. Asimismo, una de las
primeras oraciones que la Santa enseñó a los indígenas fue la jaculatoria:
“María, madre mía, sálvame”.
SAN JUAN PABLO
22 DE OCTUBRE
Hoy
la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan Pablo II, el Papa peregrino
que viajó por el mundo y que resaltó que "el matrimonio y la familia
cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del
matrimonio".
Karol
Jósef Wojtyla, más conocido como San Juan Pablo II, nació en Wadowice (Polonia)
en 1920. El día que recibió la primera comunión le fue impuesto el escapulario
y desde entonces lo llevó consigo como muestra de amor a la Virgen.
Tuvo
una juventud muy dura por el ambiente de odio y destrucción de la Segunda
Guerra Mundial con la invasión nazi, pero su fe lo llevó a ingresar al
seminario de manera clandestina. Es ordenado sacerdote en 1946 y Obispo polaco
en 1958, en el que escoge su lema oficial “Totus Tuus” (todo tuyo), en honor a
María Santísima.
En
el Concilio Vaticano II fue importante su colaboración en las constituciones
dogmáticas “Gaudium et Spes” y “Lumen Gentium”. Luego sería nombrado Arzobispo
Metropolitano de Cracovia y posteriormente fue creado Cardenal por el ahora
Beato Papa Pablo VI.
Entre
los servicios que promovía estaban la rama pastoral para los sordomudos y
ciegos, el Instituto de familia y el programa “S.O.S. Cardenal Wojtyla” para
ayudar a mamás solteras que deseaban abortar.
A
la muerte de Juan Pablo I, en 1978, es elegido Sumo Pontífice y toma el nombre
de Juan Pablo II. Permaneció como sucesor de San Pedro por más de 26 años,
realizando 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 en ese país.
Impulsó
las Jornadas Mundiales de la Juventud en las que se reunió con millones de
jóvenes de todo el mundo e inauguró los Encuentros Mundiales de las Familias.
Partió
a la Casa del Padre en el 2005. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI y
canonizado en abril de 2014 por el Papa Francisco, quien en la ceremonia de
canonización dijo: “San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una
vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia”.
SAN JUAN DE CAPISTRANO, FRANCISCANO
23 DE OCTUBRE
Nace
en Capistrano, pueblo de los Abruzzos, reino de Nápoles, el año 1386. Ingresa
en la Orden franciscana a los treinta años de edad. Ocupa dos veces el cargo de
vicario general de la Orden. Sucumbe a los estragos de la peste, en el
campamento de los cruzados de Eslovenia, el 23 de octubre de 1456. Ha sido
llamado, "El Santo de Europa".
1453
es un año clave en la Historia Universal y consta como tal en todos los
manuales. Los turcos, capitaneados por el Sultán Mahomed II, tras un siglo de
ocupación de tierra europea en los Balcanes, conquistan Constantinopla,
afianzando así el imperio del Islam en el Asia Menor, sobre las ruinas del
Oriente cristiano, y amenazando a toda la cristiandad de Occidente. Se
presiente un trágico fin para la catolicidad medieval. Roma y los pueblos
tiemblan ante la impotencia de los príncipes cristianos, divididos entre sí.
Pero Dios, eterno Señor de la Historia, tiene preparados sus instrumentos: el
Soldado, el Pontífice y el Santo. El caudillo húngaro Huniades, el Papa Calixto
III, que sucede en la sede de Pedro a Nicolás V en el mismo año 1453, y Juan de
Capistrano, fraile minovita, gran reformador de los pueblos cristianos y de sus
hermanos religiosos.
La
actividad apostólica de Juan se inicia paralelamente a los principios del siglo
xv, el siglo del difícil tránsito entre dos edades tan distintas de la historia
humana. Quedaban atrás en su vida las solicitudes por lo terreno, lo falaz.
Tomó parte en conjuraciones políticas y, derrotado, había sido hecho
prisionero, encerrado en unos sótanos inmundos, de los que creyó imposible
salir con vida. Allí, encadenado a un poste, rodeado de ratas, con el agua
hasta las rodillas, desengañado, reza a San Francisco y hace voto de entrar en
su Orden. El voto le salva, y la ciudad de Perusa, donde cursaba sus estudios
de jurisconsulto, es testigo de su conversión total, hasta espectacular en su
externidad.
Corría
el año 1416. Ya franciscano, el de Capistrano se entrega en cuerpo y alma a la
reforma espiritual del pueblo cristiano por medio de la predicación popular.
Sigue las huellas y las enseñanzas de su hermano en religión, el gran San
Bernardino de Siena. Lleva su mismo gorro e invocándole hará sus maravillosas
curaciones. Va de pueblo en pueblo, acompañado de cuarenta caballeros, reúne a
las multitudes en las plazas, pues no caben en los templos, y llega alguna vez
a reunir el número de 20 000 oyentes. Así predica a Jesús, pero más con su
figura que con las palabras. Pequeño, enjuto, apenas piel y huesos, vista
corta, gesto austero, mas a la vez dulce y caritativo, semblante encendido,
además sobrio y cálido. Aunque predicaba casi siempre en latín, sus oyentes no
daban tiempo al intérprete y pedían a gritos confesión, prometiendo cambiar de
vida, encendiendo hogueras con los objetos de sus pecados: dados, naipes,
afeites, etc. Su característica era despertar vocaciones religiosas entre la
juventud: en Leipzig 120 estudiantes siguen sus huellas, en Cracovia 130.
Acabamos de nombrar dos ciudades no italianas, y es que lo extraordinario de la
predicación de Juan de Capistrano, aquello en que supera a sus hermanos franciscanos
misioneros como él, es su universalidad europea. En veinte años misiona por
Alemania, Austria, Hungría, Polonia, Moravia y hasta por Saboya, Borgoña y
Flandes. Ésta fue su lenta pero fundamental cooperación al mantenimiento de la
unidad católica europea en el siglo XV.
Poseía
dotes extraordinarias para la diplomacia. Trabajó en unir entre sí a los
príncipes, recibió importantes misiones de cuatro Papas consecutivos, impugnó
la naciente herejía husita, se relacionó con los griegos para tratar su unión
con la Iglesia Romana, intervino en contener los perniciosos efectos del cisma
de Basilea. Extendió la reforma de los "observantes" por los
conventos de toda Europa, fundando muchos de ellos en Alemania.
Mas
la ocasión culminante de su vida de "Santo de Europa" fue la Cruzada
contra el turco, que empieza a predicar en el año 1453. El Papa Calixto III,
español, de la familia Borja, le anima y le concede facultades omnímodas. Los
príncipes cristianos no responden al llamamiento del Papa. El Papa nombra al cardenal
español Juan de Carvajal su legado en Hungría. El mismo rey de Hungría huye, y
tiene que ser Juan de Capistrano quien recluta a los campesinos húngaros para
la Cruzada. Llegan a juntar a 7 000 cruzados. Mahomed ataca con 150 000 hombres
y 300 cañones. Capistrano ha improvisado unos estandartes con la cruz y las
figuras de San Francisco, San Antonio y San Bernardino. Anima a todos a la
lucha al conjuro del nombre de Jesús, hace desistir a Huniades de su propósito
de huir en retirada. Belgrado está rodeado por los turcos, y, contra toda
previsión, los cruzados, animados por Capistrano desde la orilla, con la cruz,
obtienen una victoria completa.
A
los pocos días Mahomed vuelve al asalto con toda la rabia del león herido. Juan
corre por las murallas, cuando la infantería turca escala el foso, y grita a
los valientes húngaros que en sus manos está la cristiandad. Alzaba sus brazos
a Dios, clamando misericordia por Europa. La derrota del turco fue completa.
Más
admirable que la victoria en las armas, fue la victoria en los espíritus, que
obtuvo Juan, convirtiendo a los cruzados en novicios. A diario celebraban misa
él y sus frailes, y muchos soldados comulgaban. Políticamente no tuvo grandes
consecuencias la victoria de Belgrado, pero quedaba el valor ejemplar de la
conducta de un Santo, entregado a la defensa de la cristiandad.
Una
peste declarada en el campamento de los cruzados acabará con la vida, ya
agotada, de aquel campeón. El mensaje de Juan de Capistrano quedaba escrito en
la Historia.
SAN SERVANDO Y SAN GERMAN
23 DE OCTUBRE
Nacieron
en Mérida y eran soldados y hermanos. Parece que fueron hijos de san Marcelo
que destacó por haber sobrevivido al martirio. Un lugarteniente de Diocleciano,
el prefecto de Lusitania Viator, de camino a Tánger, los apresó en Mérida, su
ciudad natal; les hizo marchar junto a él, a pie y encadenados; durante el
trayecto a Cádiz pasaron hambre y torturas; finalmente fueron decapitados en el
término llamado Campo Usaoniano, hoy conocido como Cerro de los Mártires en San
Fernando en Cádiz. Sus reliquias se conservan en Sevilla. Patronos de Cádiz y
Mérida.
Etimológicamente
significa “el que guarda y lancero, guerrero”. Vienen de la lengua latina y
alemana.
Dice
Miqueas: “¿Quién como tú, Señor, que quite la culpa? Te compadecerás una vez
más de nosotros y nos perdonarás”.
Se
puede decir que hay santos con suerte. En tiempos difíciles logró nada menos
que sobrevivir a las persecuciones de los emperadores romanos.
Desde
Cádiz hasta Mérida era sumamente conocido juntamente con san Germán.
Más
no todo le iba N a ser alegrías y venturas para este santo y su compañero.
Su
fama, sus milagros y su santidad llegaron hasta los oídos del lugarteniente de
Diocleciano, el más feroz perseguidor de los cristianos.
Iba
de camino a Tánger. Mandó, una vez que se enteró de la noticia, que los
cogieran prisionero en Mérida.
Y
efectivamente, orgulloso de su pesquisa, los ató a su cabalgadura y, pasando
tormentos, hambre y sed.
Los
había hecho prisioneros a la vuelta de Tánger.
Pero
como eran tan valientes, antes incluso de que llegaran a Mérida, ordenó que les
cortaran la cabeza cerca de Osuna y Cádiz respectivamente.
Los
cristianos, cuando pudieron, con gran veneración, respeto y oración,
trasladaron sus cuerpo a Mérida el de Germán y a Sevilla el de san Servando.
Era
el año 305.
Son
los patronos de Cádiz.
SAN ANTONIO MARIA CLARET
24 DE OCTUBRE
“Oh
Virgen y Madre de Dios... soy hijo y misionero vuestro, formado en la fragua de
vuestra misericordia y amor”, solía decir San Antonio María Claret, cuya fiesta
se celebra cada 24 de octubre.
San
Antonio María Claret nació en Sallent, en Barcelona (España), en 1807. En su
juventud fue obrero textil y es considerado el patrón de los tejedores. Desde
pequeño se destacó por su amor a la Eucaristía y a la Virgen.
Un
día, estando en la playa con unos amigos, se puso a refrescar los pies.
Entonces vino una ola gigantesca que lo arrastró mar adentro. Al no saber nadar
y cuando se empezaba a ahogar, gritó: “Virgen Santa, sálvame”. De pronto estaba
en la orilla y con la ropa totalmente seca.
Más
adelante ingresa al seminario y es ordenado sacerdote. Su deseo de ser
misionero lo lleva a las Islas Canarias y luego a Cuba, donde fue Arzobispo de
Santiago. Allí trabajó buscando sembrar el amor y la justicia contra la
discriminación racial y la injusticia social. Esto le trajo algunos enemigos.
Fue
herido por un sicario a sueldo que quiso cortarle el cuello con un cuchillo,
pero sólo le cogió parte del rostro y el brazo derecho. Posteriormente
retornaría a España, después de haberse ganado el cariño de los cubanos.
Era
muy devoto de la Virgen y rezaba constantemente el Santo Rosario. “Rezadle el
Santo Rosario todos los días con devoción y fervor y veréis como María
Santísima será vuestra Madre, vuestra abogada, vuestra medianera, vuestra
maestra, vuestro todo después de Jesús", decía.
En
su vida fundó la Comunidad de Misioneros del Corazón de María, hoy llamados
Misioneros Claretianos, y a las Misioneras Claretianas
SAN RAFAEL GUIZAR Y VALENCIA
24 DE NOVIEMBRE
“Yo daría mi vida por la salvación de las almas”,
solía decir San Rafael Guízar y Valencia, el primer Obispo mexicano e
hispanoamericano canonizado por la Iglesia y Patrono de los Obispos de México,
cuya fiesta se celebra cada 24 de octubre.
San Rafael Guízar nació en Cotija (México) en 1878.
Quedó huérfano de madre a los nueve años e hizo sus estudios en la escuela
parroquial y en un colegio dirigido por jesuitas. Poco a poco fue madurando la
vocación sacerdotal e ingresó al seminario de la Diócesis de Zamora, siendo
ordenado sacerdote en 1901 con sólo 23 años de edad.
Se dedicó de lleno al apostolado y la catequesis en
la ciudad de Zamora y por diferentes regiones de México. Luego, como formador
en el seminario, trabajó por fomentar el amor a la Eucaristía y la devoción a
la Virgen.
En 1911, en la ciudad de México, fundó un periódico
religioso para contrarrestar la campaña de persecución contra la Iglesia, pero
el diario fue cerrado por los revolucionarios. Es así que fue perseguido a
muerte y tuvo que vivir sin domicilio fijo con muchas privaciones.
Para ejercer su ministerio se disfrazaba de vendedor
de baratijas, de músico o de médico homeópata. Lo que le permitía acercarse a
los enfermos y administrarles los sacramentos.
Al no poder estar más tiempo en México por las
amenazas de los enemigos, tuvo que pasar al sur de los Estados Unidos,
Nicaragua y Cuba. Allí recibió la misión de ser Obispo de Veracruz (México),
por lo que fue Consagrado en la Catedral de La Habana y tomó posesión de su
diócesis en 1920.
Se dedicó a visitar personalmente toda su diócesis,
predicaba en las parroquias, pasaba horas en el confesionario y ayudaba a los
que habían sido víctimas de un terrible terremoto que aconteció por aquel
entonces.
Preocupado por la formación de sus sacerdotes,
mantuvo su seminario diocesano incluso en la clandestinidad por 15 años en
ciudad de México y llegó a tener 300 seminaristas.
De los 18 años que sirvió en su diócesis, nueve los
pasó en el exilio o huyendo, ya que lo buscaban para matarlo. Pero su amor por
Cristo lo llevó incluso un día a presentarse a uno de sus perseguidores para
ofrecerse como víctima personal a cambio de la libertad de culto.
En 1937, mientras predicaba en Córdoba, sufrió un
ataque cardíaco que lo postró en cama y desde su lecho de dolor dirigía la
diócesis, preocupado también por su seminario.
Solía exclamar que “a un Obispo le puede faltar
mitra, báculo y hasta catedral, pero nunca le puede faltar el seminario, porque
del seminario depende el futuro de su diócesis”.
Partió a la Casa del Padre el 6 de junio de 1938 en
la ciudad de México. Al día siguiente sus restos mortales fueron trasladados a
Jalapa, donde todos querían ver por última vez al “santo Obispo Guízar”. Fue
beatificado en 1995 por San Juan Pablo II y Benedicto XVI lo canonizó en 2006.
SAN FRUTOS, SAN VALENTÍN Y SANTA ENGRANCIA.
MÁRTIRES
25 DE OCTUBRE
Mártires
(642-715)
Los
cuerpos de San Frutos, Santa Engracia y San Valentín, venerados por los
cristianos segovianos, se conservaron en la ermita de San Frutos, cerca de la
actual Sepúlveda, desde comienzos del siglo VIII hasta el siglo XI.
El
rey Alfonso VI concedió esta ermita al monasterio de San Sebastián de Silos
—hoy Santo Domingo de Silos- para que la cuidasen y facilitasen la creciente
devoción del pueblo; se hizo escritura en el 1076. Los monjes recomponen la
ermita como de nuevo y la habilitan para que puedan vivir en ella algunos
monjes. Terminadas las obras en el año 1100, la consagra D. Bernardo, el primer
Arzobispo de Toledo. Está construida sobre roca escarpada, como cortada a pico,
a orillas del río Duratón, afluente del Duero. En ese nuevo lugar se depositan
las reliquias de los tres santos.
Restaurada
Segovia y restituida a su dignidad episcopal, se pasan a su catedral la mitad
de las reliquias desde el monasterio de Silos, con autorización y mandato del
Arzobispo de Toledo, en el 1125.
Tan
celosamente se guardan que se pierde el sitio donde fueron depositadas hasta
que se encontraron milagrosamente, en tiempos del celoso obispo D. Juan Arias
de Ávila.
En
el año 1558 se depositaron finalmente en la nueva catedral. Allí, en el
trascoro, reposan los restos del Patrono de la Ciudad, teniendo por fondo el
retablo que trazó Ventura Rodríguez para el palacio de Riofrío y que Carlos III
donó para la catedral segoviana.
¿Quién
fue el hombre que desde catorce siglos atrás es polo de atracción de tantas
generaciones de segovianos?
Nació
Frutos, en el año 642, en el seno de una familia rica que tuvo otros dos hijos
con los nombres de Valentín y Engracia. Debió ser una familia de profundas
convicciones cristianas que supieron, con la misma vida, inculcarlas a sus
hijos. Sin que se sepa la causa, murieron los dos. Ahora los tres jóvenes son
herederos de unos bienes y comienzan a conocer en la práctica la dureza que
supone el ser fieles a los principios. Parece ser que tanto tedio provocaron en
ellos los vicios, maldades, desenfrenos, asechanzas y envidias de su entorno
humano, que Frutos les propone un cambio radical de vida. Los tres, con la
misma libertad y libre determinación deciden vender sus bienes y los dan a los
pobres. Dejaron la ciudad del acueducto romano y quieren comenzar una vida de
la soledad, oración y penitencia por los pecados de los hombres. A la orilla
del río Duratón les pareció encontrar el lugar adecuado para sus propósitos.
Hacen tres ermitas separadas para lograr la deseada soledad y dedicar el tiempo
de su vida de modo definitivo al trato con Dios.
A
partir de aquí se tiene noticias de Frutos cuando el estallido de la invasión
musulmana y su rápida dominación del reino visigodo. Frutos, en su deseo de
servir a Dios, intervino de alguna manera —y con vivo deseo de martirio- en
procurar la conversión de algunos mahometanos que se aproximaron a su entorno;
defendió a grupos de cristianos que huían de los guerreros invasores; dio
ánimos, secó lágrimas y alentó los espíritus de quienes se desplazaban al
norte; fue protagonista de algunos sucesos sobrenaturales y murió en la paz del
Señor, con el halo de santo, el año 715.
La
misma historia refiere que sus hermanos Valentín y Engracia fueron de los
mártires decapitados por los sarracenos y sus cuerpos colocados con el del
Santo.
Lo
que se sabe hoy del entorno en que viven y mueren estos santos facilita cubrir
las lagunas o los interrogantes que pueden presentarse. La invasión musulmana,
su rápido avance por el reino hispano-visigodo y el martirio de cristianos
tuvieron su génesis. La unidad del reino tan lograda por la conversión del
arrianismo a la fe católica de Recaredo en el 589 presentaba ahora una falsa
cohesión por su fragilidad. Los clanes de nobles, civiles y eclesiásticos, con
intereses políticos y económicos contrapuestos, tratan de controlar cada uno
alternativamente el trono de Toledo y son una fuente continua de conflictos. La
nobleza que en un principio recibió unos territorios para ejercer en ellos funciones
administrativas, fiscales y militares, al hacerse hereditarias, quedan
prácticamente privatizadas con detrimento progresivo de las funciones públicas
características de un estado centralizado y llevan a la fragmentación del poder
del monarca. La clase aristócrata asienta aún más la diferencia social con el
pueblo cada vez más pobre, indefenso, desorientado, abandonado y hastiado del
lujo de sus señores. Hay que añadir desastres naturales que asolan el país
especialmente desde el reinado de Kindasvinto (642-653) como epidemias que
diezmaban a la población, plagas de langostas, sequía, pestes y despoblamiento.
El vicio, la amoralidad y desenfreno reina en la sociedad al amparo de lo que
sucede en las casas de la nobleza. A la muerte de Witiza, los partidarios de
Akhila, su hijo primogénito, no consiguen ponerlo en el trono ocupado por D.
Rodrigo, duque de la Bética, y piden ayuda a los bereberes. El desastre de
Guadalete del 711 hizo que lo que fue una simple ayuda de los moros
capitaneados por Tariq se convirtiera en toda una invasión y conquista
posterior que colma los planes estratégicos del Islam por la decrepitud que se
había ido gestando en el interior del reino visigodo.

SAN ALFREDO,
REY QUE DEFENDIÓ A SU PUEBLO DE LOS VIKINGOS
26 DE OCTUBRE

San
Alfredo fue rey de Wessex, uno de los siete reinos principales que precedieron
al reino de Inglaterra. Se hizo célebre por defender su territorio contra los
vikingos (normandos), por lo que fue llamado “El Grande” por su pueblo.
Su
vida, que transcurrió entre mediados y fines del siglo IX, fue descrita por el
cronista galés conocido como John Asser.
A
este santo se le recuerda por ser un hombre culto y letrado, que ayudó mucho a
la educación de su reino, promovió la difusión del cristianismo y mejoró el
sistema de leyes.
Alfredo
siempre insistió que la justicia debía ser dispensada sin miedo o favoritismo.
Dedicó sus energías a restaurar lo que había sido destruido por las largas
guerras contra los invasores nórdicos.
Reconstruyó
y fundó monasterios. Asimismo, mandó a traer a estudiosos de otras tierras como
al Arzobispo de Canterbury, San Plegmund; y al Obispo de Mercia, Wetfrith; al
monje benedictino San Grimbald, al abad, Juan el Viejo Sajón; al cronista,
Asser; al filósofo, Juan Escoto Erígena y a muchos otros más.
San
Alfredo nació en el año 849 en Berkshire (Inglaterra). Fue el hijo menor de
Ethewulf, rey de Wessex, quien murió cuando Alfredo tenía nueve años. El
hermano mayor del santo murió dos años después; el segundo después de seis.
Fue
en el reinado del tercer hermano, Etelredo I, cuando el joven Alfredo comenzó
su vida pública y brillante carrera militar en contra de los vikingos.
Tras
la muerte de su hermano en batalla Alfredo subió al trono de Wessex, donde reorganizó
las tropas sajonas, formando unidades de caballería en los diferentes condados
y derrotando a los vikingos daneses de Guthrun el Viejo.
De
esta manera, Guthrun se vio obligado a aceptar el tratado de Westmore en el
878, por el cual los vikingos habían de evacuar Wessex e instalarse en los
antiguos territorios de Essex, East-Anglia, Lindsey y Mercia, formando lo que
sería conocida como la región de Danelaw.
De este modo, el rey Alfredo cedió algunos
territorios que no podía defender, y de forma paralela, protegió su reino de
los escandinavos, estableciendo una serie de pueblos fronterizos fortificados
además de una marina propia.
Alfredo
el Grande falleció el 26 de octubre del 899.
SAN JUDAS TADEO
27 DE OCTUBRE
San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe. En Alemania, Italia, América y muchos sitios más, tiene numerosos devotos que consiguen por su intercesión admirable ayuda de Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros beneficios.
BEATO MIGUEL RÚA,
EL PROFÉTICO “BRAZO DERECHO” DE DON BOSCO
29 DE OCTUBRE
“Si
Dios me dijera hágame una lista de las mejores cualidades que quiere para sus
religiosos, yo no sé qué cualidades me atrevería a decir, que ya no las tenga
Miguel Rúa”, dijo una vez San Juan Bosco del que sería su primer sucesor el
Beato Miguel Rúa, a quien le dio una profecía que marcaría su vida.
Don
Rúa nació en Turín (Italia) en 1837. A los ocho años murió su padre y con el
cuidado de su madre realizó los estudios primarios y de catecismo en una
escuela local. Luego pasó con los hermanos de las Escuelas Cristianas, donde
conoció a Don Bosco que iba a confesar semanalmente a los alumnos.
Los
muchachos se juntaban con alegría para jugar con el santo sacerdote y para
pedirle alguna estampa o medalla. En una ocasión, cuando Miguel Rúa se le
acercó, Don Bosco no le dio nada, sino que extendió su mano izquierda, mientras
que con la derecha hacía como que la cortaba y le dijo: "Toma, Miguelín,
toma: nosotros dos haremos las cosas a medias".
El
pequeño no entendió nada en ese momento, pero lo comprendería después. Miguel
conoció más la obra que el Santo sacerdote estaba iniciando, poco a poco se
convirtió en el asistente del fundador e ingresó como interno al Oratorio.
En
una ocasión San Juan Bosco hizo una votación entre sus chicos, quienes
eligieron a Santo Domingo Savio como el más simpático y buen compañero,
mientras que de Miguel Rúa dijeron que era el más santo y piadoso de los
oratorianos.
El
joven Rúa fue uno de los primeros en hacerse salesiano y su comunidad lo eligió
director espiritual. También llegó a ser el primer hijo de Don Bosco en ser
ordenado sacerdote.
Don
Bosco le empezó a dar cargos importantes como el ser director del Colegio de
Mirabello, prefecto de la casa de Turín, encargado de los asuntos
administrativos y de los talleres, la responsabilidad de la edificación del
Santuario de María Auxiliadora e inspector provincial de los Colegios entre
1870 y 1872.
Miguel
además colaboró de cerca en el inicio de las Hijas de María Auxiliadora y los
Salesianos Cooperadores. Con el tiempo se fue cumpliendo el todo “a medias” que
Don Bosco le había predicho hasta el punto que el Santo de los jóvenes no
tomaba resoluciones sin el visto bueno de Don Rúa.
San
Juan Bosco al final de su vida decía: "Si el Padre Rúa quisiera hacer
milagros, los haría, porque tiene la virtud suficiente para conseguirlos".
Cuando murió el fundador, el Beato Miguel Rúa le sucedió en el cargo y la
presencia salesiana se empezó a ampliar fuertemente en el mundo.
Siempre
vivió pobremente, pidió mucho, pero no para sí mismo. Se conformaba con el
último lugar, la última sotana, el último pan. Se caracterizó por su bondad y
su amor a la Santísima Virgen María. Quienes entraban en contacto con él decían
que era como Don Bosco.
Partió
a la Casa del Padre el 6 de abril de 1910, fue beatificado por el Beato Pablo
VI en 1972 y su fiesta se celebra cada 29 de octubre. Don Bosco y Don Rua
finalmente compartieron todo: las responsabilidades, la espiritualidad, los
sufrimientos y las alegrías por el Señor al servicio de los jóvenes.
SAN ALONSO RODRÍGUEZ,
PADRE DE FAMILIA, JESUITA Y PORTERO
30 DE OCTUBRE
Cada
30 de octubre la Iglesia Católica celebra a San Alonso Rodríguez, un padre de
familia que perdió a todos sus parientes, se hizo jesuita y se santificó siendo
portero.
San
Alonso Rodríguez nació en España en 1533 en una familia de comerciantes. Siendo
joven se casó con María Suárez. Más adelante los negocios empezaron a ir mal y
en este contexto murieron su hijita, su esposa, después de dar a luz un niño, y
luego su mamá.
El
Santo vendió su negocio y se mudó con su hijito a la casa de sus dos hermanas,
solteras y muy piadosas, quienes le enseñaron a meditar. Tuvo una visión de la
felicidad del cielo y empezó a frecuentar más los sacramentos.
Años
después murió su hijo y San Alonso encontró consuelo en Dios. Luego pidió ser
admitido a los Jesuitas, pero los religiosos intentaron disuadirle por tener
casi cuarenta años, por su delicado estado de salud y por no contar con
estudios acorde con el sacerdocio. Sin embargo, mantuvo su esperanza recordando
a San Ignacio de Loyola, que también entró tarde a la vida religiosa.
El
provincial de los jesuitas lo aceptó como hermano lego y, después de terminar
el noviciado, fue enviado al colegio de Monte Sión en Palma de Mallorca, donde
lo nombraron portero.
Uno
de sus “discípulos” fue San Pedro Claver, que estudiaba en el colegio. San
Alonso lo entusiasmó y alentó para trabajar en América. Más adelante los dos
serían canonizados juntos en 1888.
En
ocasiones le preguntaron a San Alonso el por qué no era más duro y áspero con
ciertos tipos inoportunos y él respondía: "Es que a Jesús que se disfraza
de prójimo, nunca lo podemos tratar con aspereza o mala educación".
Un
día que las tentaciones impuras lo atormentaban muchísimo pasó por una imagen
de la Virgen y le gritó en latín: “Sancta Maria, Mater Dei, memento mei” (Santa
María, Madre de Dios, acuérdate de mí). Las tentaciones desaparecieron y se
convenció de que la Santísima Virgen tiene gran poder para alejar espíritus
impuros.
Durante
el día rezaba varios rosarios y se llenaba de alegría cuando la Madre de Dios
se le aparecía. Tuvo los dones de la visión y curación. Partió a la Casa del
Padre un 31 de octubre de 1617 diciendo: “Jesús, Jesús, Jesús”.
SAN QUINTÍN,
QUE INSPIRÓ LA FRASE “SE ARMÓ LA DE SAN QUINTÍN”
31 DE OCTUBRE
El
31 de octubre la Iglesia Católica celebra al mártir San Quintín, cuyo nombre
dio origen a la famosa frase “se armó la de San Quintín”. Aquí lo que no sabías
de este Santo.
San
Quintín fue hijo de un senador romano y bautizado por su amigo, el Papa San
Marcelino. Viajó como misionero a Francia para evangelizar, donde curaba a los
enfermos y expulsaba a los demonios, lo que impresionaba a los paganos que
luego decidían convertirse.
Los
líderes religiosos se quejaron entonces con el gobernador Riciovaro, quien lo
mandó llamar y le preguntó a San Quintín por qué propagaba la fe en un
crucificado. El Santo respondió que esto era un honor mayor que ser el hijo de
un senador romano.
Riciovaro
lo mandó a encadenar y azotar, pero por la noche las cadenas se soltaron y sin
saber cómo, se encontró libre y en la calle. Al día siguiente San Quintín
continuó predicando, pero el gobernador lo volvió a arrestar y lo mandó a matar
en el año 287.
La
historia de este santo no termina aquí. Más adelante su nombre sería
estrechamente vinculado con un hecho muy contrario a la paz y el amor de Dios
que propagó.
A
mediados del siglo XVI las coronas francesas y españolas se enfrentaron en San
Quintín, localidad francesa situada en la región de Picardía. La victoria la
obtuvieron los españoles, pero fue tanto el sufrimiento de ambos bandos durante
la “Batalla de San Quintín” que esta experiencia dio lugar a la conocida frase
“Se armó la de San Quintín”. La cual se usa actualmente para describir una gran
trifulca o polémica.